Recuerdo del primer mensaje :
Un breve descanso siempre era bueno para las tardes frías de los martes, y aunque por lo general Pandora City era un lugar sombrío y lleno de penumbras, al menos lo era así para los que estaban acostumbrados a ver su cara más siniestra.
El bar era un lugar concurrido por personas de toda índole, desde humanos hasta licántropos podían ser hallados allí, quizás no con las mismas intenciones pero con un fin común, pasar un rato sumergido en sus asuntos, ya sea con una buena bebida o con alguna entretención temporal. Por la puerta principal ingresó un sujeto con vestimenta azabache, un sombrero de copa que cubría prácticamente su rostro, salvo por el cabello restante en la nuca y un par de guantes tan blancos como la nieve misma. Buscó ubicación en una mesa aparta de las habituales, donde tras tomar asiento colocó el estuche que traía consigo a un lado, tenía la forma de un instrumento de cuerda hecho de cuero fino y algo añejo. Una vez que se acomodó en su asiento esperó serenamente ser atendido por algún camarero del lugar, por momentos su mirada se paseaba de lado a lado en el establecimiento observando el aglomerado formado, que aunque no eran muchos, tenían toda la pinta de ser personas de mal vivir.